Las Hermanas Juanistas, residentes en el barrio Vianey (area de Santa Librada) desde 1983, dieron apertura al primer centro de salud básico del sector, cuando los barrios de la Aurora y vecinos aún no existían, y en sus terrenos se extendía un botadero de basura a campo abierto.
La iniciativa de crear la Casita del Sol tuvo por objetivo brindar la mejor educación y formación preescolar a los niños del sector de Usme, con la conciencia que esta delicada y trascendental etapa era y es especialmente vulnerable en la localidad y en la ciudad capital.
Al lado de las Hermanas Juanistas, una familia de laicos comprometidos conformada por Cecilia, Ricardo y Esmeralda, animaron la creación del jardín infantil y trabajaron en él con todo su ahinco para otorgarle madurez y excelencia.